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30 años de política mortal migratoria en la frontera con EU



El miedo, las inclemencias del ambiente y otras estrategias de terror son las formas con las que las autoridades esperan disuadir a los viajeros, informó HRW



Redacción El Monitor


Las políticas de disuasión fronteriza están provocando un aumento de muertes y desapariciones de personas que migran a Estados Unidos a través de la frontera sur, una estrategia de las autoridades que lleva al menos 30 años de implementación.


La organización Human Rights Watch (HRW) y el Centro Colibrí de Derechos Humanos publicaron el análisis

"Nada más que huesos: 30 años de disuasión mortal en la frontera entre Estados Unidos y México" , en el que manifiestan cómo el obligar a los migrantes a padecer las inclemencias del ambiente o los peligros criminales es una forma de evitar que intenten llegar al país del norte.


La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha informado de unas 10 mil muertes desde 1994, cuando se puso en marcha por primera vez la estrategia de prevención mediante la disuasión, pero los grupos locales de derechos humanos en la frontera creen que la cifra podría ascender a 80 mil, y que hay miles más desaparecidos. La mayoría de los muertos son indígenas, latinos y negros”, explicaron las organizaciones internacionales.


Migrantes en el Río Bravo.


La prevención a través de la disuasión es un conjunto de políticas explícitamente dirigidas a forzar a los migrantes irregulares a entrar en “terrenos hostiles” y hacer que cruzar la frontera sur de EU sea tan peligroso que las personas se desalienten incluso a intentarlo, explica el texto.


Asimismo, añade que “las políticas de disuasión incluyen políticas de inmigración punitivas e infraestructura peligrosa, como muros fronterizos, alambre de púas , soldados armados, tecnología de vigilancia y, en Texas, boyas fluviales equipadas con hojas de sierra ”.


Sin embargo, la prevención mediante la disuasión y sus derivados “han demostrado ser ineficaces para reducir la migración y son perjudiciales tanto para los migrantes como para los agentes de la Patrulla Fronteriza”.


Travesía de terror


Hugo Patricio Tenezaca, de 19 años, llamó a su madre, Romelia Yuqui, a la ciudad de Nueva York para pedirle su bendición. Iba a cruzar el desierto de Sonora hacia Estados Unidos. Desapareció el 17 de junio de 2012, rescataron las oenegés.


Ofelia Muñoz era del pueblo, Ignacio de la Llave, en el estado costero mexicano de Veracruz. Desapareció en la frontera entre Estados Unidos y México en 1997, cuando su hija, Elena Gonzales, que hoy vive en Nueva York, tenía apenas 14 años.


Rony Eliaquín Escobar Díaz admiraba a su hermano mayor, Wagner. Quería hacer todo lo que hacía su hermano: escuchar música, mirar televisión, jugar, ir a trabajar. Y Wagner, que hoy vive en Arizona, agradeció la atención de su hermano menor. Rony desapareció el 3 de septiembre de 2018, después de que decidió seguir a su hermano mayor hacia el norte a través del desierto de Sonora.


El número de muertes es impactante, pero cada muerte representa a un ser humano, una familia, una comunidad”, afirmó Ari Sawyer, investigador de fronteras estadounidenses de Human Rights Watch.

“El gobierno de EU debería poner fin a las mortíferas políticas de disuasión fronteriza y promulgar políticas que protejan la vida humana”, añadió.



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