¿Qué son los cenotes y por qué son tan especiales?
Redacción El Monitor
Los cenotes, majestuosas formaciones naturales de la península de Yucatán, encierran secretos milenarios que fascinan tanto a turistas como a locales. Más allá de sus cristalinas aguas y asombrosas formaciones geológicas, estos lugares tienen un profundo significado cultural para los mayas, quienes los consideraban sagrados, incluso entradas al inframundo. No es casualidad que, en su mayoría, los cenotes cierren al público a las 5:00 pm, y la razón tras este horario mezcla tradición, leyenda y precaución.
La palabra “cenote” proviene del maya dzonoot o ts’onot, que significa «hoyo» o «agujero en el suelo«. Estos pozos de agua natural se forman por la erosión de la roca caliza, dejando al descubierto los ríos subterráneos que atraviesan el suelo de la península. Se estima que existen más de 9,500 cenotes en Yucatán, muchos de los cuales todavía son desconocidos o inaccesibles.
Estos cuerpos de agua se dividen en tres tipos principales:
Cenotes abiertos: Expuestos a la superficie, con aguas claras y rodeados de vegetación.
Cenotes cerrados: Ubicados en cavernas subterráneas, a menudo decorados con estalactitas y estalagmitas.
Cenotes semiabiertos: Poseen pequeñas aberturas en su techo, dejando entrar luz natural que crea un ambiente místico.
Los cenotes eran lugares sagrados para los mayas, quienes creían que las aguas puras y cristalinas conectaban el mundo terrenal con el espiritual. Los rituales de respeto y las leyendas alrededor de estas formaciones aún se preservan, creando un sentido de reverencia en quienes visitan estos lugares.
De acuerdo con la mitología maya, los aluxes son seres elementales, similares a duendes, encargados de proteger los cenotes y otros sitios naturales. Pequeños y traviesos, los aluxes realizan rondas en los cenotes al caer la tarde para asegurarse de que todo esté en orden. Según la leyenda, nadar en un cenote después de las 5:00 pm podría ofender a estos guardianes, quienes interpretan este acto como una falta de respeto hacia su labor de protección.
Aunque los aluxes no son malvados, pueden ser caprichosos y provocar travesuras para quienes desobedecen esta regla no escrita. Por esta razón, muchos visitantes y locales acostumbran pedir permiso a los aluxes antes de entrar a un cenote, como un gesto de respeto hacia estos guardianes invisibles.
Si bien la leyenda de los aluxes es una hermosa tradición que añade misticismo a la experiencia de visitar un cenote, también existen razones muy prácticas para el cierre temprano de estos sitios:
Baja visibilidad: A medida que el sol comienza a ocultarse, la luz natural se reduce, lo que dificulta la visibilidad dentro del cenote, especialmente en aquellos de tipo cerrado o semiabierto. Una visibilidad limitada aumenta el riesgo de accidentes, ya que las formaciones rocosas y las profundas cavidades pueden ser difíciles de distinguir.
Corrientes subterráneas peligrosas: Muchos cenotes están conectados a redes de ríos subterráneos. En condiciones de baja luz, es más difícil detectar corrientes que podrían arrastrar a los nadadores desprevenidos. Los guías y responsables del lugar prefieren evitar accidentes cerrando las instalaciones antes de que la visibilidad se reduzca.
Actividad de fauna nocturna: Al caer la noche, ciertos animales que habitan en los cenotes, como algunas especies de serpientes o incluso cocodrilos en zonas específicas, aumentan su actividad. La oscuridad también podría hacer que las personas no perciban a estos animales, lo cual incrementa los riesgos de encuentros indeseados.
Mantenimiento y preservación: La afluencia de visitantes puede afectar la pureza del agua y la conservación de estas formaciones naturales. Al limitar el horario de visita, se permite que el ecosistema de los cenotes recupere su equilibrio y que los responsables realicen labores de mantenimiento.
A pesar de los motivos prácticos, la mayoría de los visitantes se ven atraídos por el aspecto espiritual de los cenotes y el respeto que la cultura maya tenía por ellos. Muchos viajeros sienten una conexión especial cuando visitan estos sitios, donde la combinación de naturaleza, historia y espiritualidad crea una experiencia inolvidable. Los visitantes a menudo agradecen o realizan pequeños rituales simbólicos como una muestra de respeto hacia la tierra y los seres que habitan el lugar.
Este respeto cultural y el impacto de la leyenda de los aluxes se ha integrado tanto en la experiencia turística que muchos consideran esencial seguir las indicaciones de no visitar estos lugares después de la tarde. Incluso se ha vuelto un tema de conversación fascinante entre los turistas y locales, reforzando el misticismo y la magia que envuelven a estos lugares.
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