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La Luna podría ser el lugar ideal para preservar un registro de toda la biodiversidad de la Tierra

Redacción El Monitor


La biblioteca que albergará un registro de toda la biodiversidad de la Tierra podría establecerse el subsuelo de la Luna. Investigadores especializados en conservación del Museo Smithsonian han presentado una hoja de ruta para construir una bóveda que contenga la información genética de los organismos complejos, antes de su desaparición. Según su propuesta, no existe un mejor lugar para colocar el respaldo de la vida en nuestro planeta que algún cráter permanentemente oscuro en un polo del satélite.


La velocidad a la que las especies desaparecen en la Tierra supera la capacidad de los seres humanos para salvarlas. Este es un hecho que incluso los modelos más optimistas sobre preservación han aceptado con amargura. Es necesario que, al mismo tiempo que se protejan animales y plantas, se diseñen métodos confiables de respaldo de información genética. El tiempo se acaba.


Afortunadamente, la ciencia genómica ha encontrado una forma de mantener las células vivas durante cientos de años: la criopreservación. Con este método, parte del material biológico de un animal se congela, se almacena y finalmente se “revive” en el futuro para recuperar su ADN. En el planeta existen varios reservorios de material biológico humano, pero muy pocos se dedican al almacenamiento de especies en peligro de extinción.


La exploración de nuestro satélite está a punto de volver a la vida. Y esto hace imprescindible establecer con mucha precisión los efectos de la dilatación del tiempo.

Los centros de criopreservación requieren una inversión alta y constante a lo largo de un tiempo indeterminado. El material debe mantenerse en nitrógeno líquido de manera permanente y se necesita bastante electricidad para que funcione el sistema de refrigeración. Además, el espacio disponible es limitado. En las nuevas “arcas genéticas de Noé”, solo hay lugar para las especies más privilegiadas o llamativas. Por otro lado, estos centros suelen ubicarse en zonas urbanas, lo que los hace extremadamente susceptibles a accidentes o fallos humanos.


Criopreservar toda la biota en la Tierra no es viable, pero en la Luna quizá sí. Las células animales requieren una temperatura de -196 °C para su conservación y deben estar protegidas de componentes externos para evitar su degradación. Las regiones polares del satélite ofrecen sitios donde estas condiciones se presentan de manera natural.


En la Luna existen cráteres que nunca han visto la luz del Sol debido a su orientación y profundidad. Estas cicatrices en el territorio son como refrigeradores eternos, con temperaturas que descienden hasta los -246 °C, y donde el territorio ha permanecido sin cambios durante millones de años. Debido a esta particularidad del terreno, la NASA y otras agencias espaciales consideran que si hay agua congelada en la Luna, debe estar presente en estos cráteres.


En la Luna no solo hay cráteres, también se descubrieron túneles que se extiende metros debajo de la superficie.


Los investigadores señalan que el material biológico podría mantenerse congelado durante décadas sin luz ni otros recursos si se utilizan los cráteres lunares. Además, las muestras tendrían que estar enterradas en la superficie lunar o resguardadas en cuevas o estructuras construidas con roca lunar. De esa manera se mantienen lejos de la radiación espacial que afecta el ADN.


"Inicialmente, un biodepósito lunar se enfocaría en las especies que enfrentan un mayor riesgo en la Tierra en la actualidad, pero el objetivo final sería criopreservar la mayoría de las especies del planeta", afirmó Mary Hagedorn, criobióloga y autora principal del artículo.

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