Redacción El Monitor
Una investigación reciente sobre la siniestra momia de una mujer de mediana edad, con la boca abierta como si quisiera gritar con todas sus fuerzas, revela la posible causa de este inquietante rasgo. Las fotografías tomadas a raíz del estudio muestran claramente a la momia y su boca abierta, pero pueden herir la sensibilidad de algunas personas.
En 1935, el Museo Metropolitano de Nueva York en Estados Unidos organizó una expedición arqueológica a un yacimiento de Egipto. En Deir el-Bahari, cerca de Luxor, el emplazamiento de la antigua Tebas, los miembros de la expedición excavaron en la tumba de Senmut, el arquitecto y supervisor de las obras reales (y supuestamente, amante) de la faraona Hatshepsut. Esta fue la gobernante femenina más poderosa de Egipto, poseyendo incluso mayor poder que la famosa Cleopatra. Su reinado, en el siglo XV antes de Cristo, desde aproximadamente los 28 años de edad hasta los 50 en que falleció, fue más largo que el de cualquier otra gobernante femenina de una dinastía autóctona.
Bajo la tumba de Senmut, los arqueólogos de aquella expedición encontraron una cámara funeraria separada para su madre Hat-Nufer y otros parientes no identificados.
Aquí, hicieron un inquietante descubrimiento: un sarcófago de madera que contenía la momia de una mujer, cuyo rostro resultó ser especialmente espeluznante, debido a su boca abierta hasta el límite, como paralizada en el momento de emitir un ensordecedor alarido o aullido.
Ahora, aproximadamente 2.500 años después de su enterramiento, dos científicas de Egipto han utilizado técnicas avanzadas para examinar a esta perturbadora momia y averiguar cosas sobre su vida y su muerte.
Las autoras del estudio son Sahar Saleem, de la Universidad de El Cairo en Egipto, y Samia El-Merghani, del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.
Para empezar, las investigadoras descubrieron que la misteriosa mujer fue embalsamada con costosos materiales de importación. Esto, unido al aspecto bien conservado de la momia, contradice la creencia tradicional de que el hecho de que no le extrajeran los órganos internos implicaba una mala momificación.
Mediante escaneos de tomografía computerizada, las investigadoras pudieron observar detalladamente cada sección interna del cadáver como si lo hubieran diseccionado. También se valieron de microscopia electrónica de barrido (SEM), espectroscopía infrarroja por transformada de fourier (FTIR) y análisis de difracción de rayos X, para identificar materiales.
Observando atentamente cada parte del interior de la mujer momificada y aplicando técnicas forenses, pudieron determinar la edad aproximada a la que falleció e identificar patologías.
La estatura de la mujer en vida era de 1,54 metros. Cuando falleció, tenía poco menos de 50 años de edad. Su cabello había sido teñido para eliminar las canas y hacerla parecer más joven.
Le faltaban varios dientes, probablemente perdidos antes de morir, ya que había indicios de reabsorción ósea, que se produce cuando se sale un diente y se deja que cicatrice la cavidad. Otros dientes estaban rotos o mostraban signos de desgaste. "Los dientes perdidos en vida quizá fueron extraídos. La odontología ya se había iniciado en el antiguo Egipto, siendo Hesy Re (Hesy Ra) el primer dentista del mundo del que se tiene constancia", explica Saleem.
Las investigadoras no encontraron incisiones de embalsamamiento, lo que concordaba con el descubrimiento de que el cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino seguían presentes. Esto es muy extraño, ya que el método clásico de momificación en su época incluía la extirpación de todos estos órganos excepto el corazón.
También persiste el misterio sobre la causa del fallecimiento, ya que las autoras del estudio no han encontrado ninguna que resulte obvia.
Y en cuanto al enigma principal, el de qué hizo que la mujer adoptase esa espeluznante expresión con la boca abierta al límite, queda descartada la explicación de que el proceso de momificación había sido de bajo coste, mediocre y negligente, y que los embalsamadores simplemente se habían olvidado de cerrarle la boca. Lo costoso de los materiales empleados para embalsamarla, y el buen estado de conservación con el que ha llegado hasta nuestros días demuestran que se hizo con ella un trabajo concienzudo y de alto nivel.
La causa de la espeluznante expresión sigue sin estar clara, aunque Saleem plantea la hipótesis de que puede ser fruto de un espasmo cadavérico, lo que implica que la mujer murió gritando de dolor o en un estado de agitación nerviosa extrema. El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular, típicamente asociada a muertes violentas en condiciones físicas extremas y con una intensidad emocional frenética.
(Fuente: NCYT de Amazings)
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