Redacción El Monitor
De acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) retomado y publicado en el diario Expansión, científicos prevén el posible nacimiento de un volcán al sur de la Ciudad de México.
Este fenómeno ocurriría en la Sierra del Chichinautzin, una región conocida por su actividad volcánica, donde también se encuentran sitios como Cuicuilco y Ciudad Universitaria.
¿Dónde se formaría el nuevo volcán?
El estudio, titulado “Método para pronosticar la localización de un nuevo volcán al sur de la Ciudad de México”, fue realizado por Hugo Delgado Granados y Roberto Villalpando, en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Según sus investigaciones, el volcán podría formarse en las alcaldías de Milpa Alta, Xochimilco y Tlalpan.
Este nuevo volcán sería un tipo monogenético, lo que significa que tendría “una sola expulsión y una existencia corta”.
Aunque los volcanes monogenéticos suelen ser pequeños, aún representan un riesgo, ya que es difícil predecir la ubicación exacta de su cráter y el momento de su erupción.
¿Cuándo ocurriría la erupción?
El estudio indica que el promedio de tiempo para la aparición de un nuevo volcán en esta zona es de entre 800 y 1,200 años.
La última erupción en la Sierra del Chichinautzin ocurrió hace aproximadamente 2,000 años, con el nacimiento del volcán Xitle, lo que sugiere que otro volcán podría formarse en un futuro.
El surgimiento de un volcán en esta región no es algo que pueda preverse con precisión, tanto en tiempo como en ubicación exacta.
Aunque se trata de un fenómeno natural a largo plazo, los científicos de la UNAM recalcan que la actividad volcánica en el sur de la Ciudad de México sigue siendo un tema de estudio y monitoreo constante.
Riesgos que se corren con la erupción de un volcán
Las erupciones volcánicas son fenómenos naturales impresionantes, pero también conllevan riesgos bastante grandes.
A manera simplificada, te presentamos una lista de los posibles riesgos de una erupción volcánica:
Lesiones traumáticas: Durante una erupción, las personas pueden sufrir heridas debido a la caída de rocas, cenizas o fragmentos volcánicos.
Quemaduras: La lava caliente y los flujos piroclásticos pueden causar quemaduras graves.
Asfixia: La inhalación de gases tóxicos, como dióxido de azufre y ácido clorhídrico, puede ser mortal.
Enfermedades en la piel y oculares: La exposición prolongada a cenizas volcánicas puede irritar la piel y los ojos.
Problemas respiratorios: La ceniza fina puede afectar la salud respiratoria, especialmente en personas con afecciones preexistentes.
Contaminación del agua potable: Las cenizas pueden contaminar fuentes de agua, lo que afecta la seguridad del suministro de agua.
Inundaciones y aludes de barro: Las erupciones pueden derretir glaciares o causar deslizamientos de tierra, provocando inundaciones y aludes.
Cortes de electricidad: La ceniza puede afectar las líneas eléctricas y causar apagones.
Incendios forestales: La lava caliente puede encender vegetación cercana.
Muerte: La peligrosidad de un volcán depende de su cercanía a las poblaciones humanas. La erupción del Monte Tambora en 1815, por ejemplo, causó cerca de 60,000 muertes.
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