Redacción El Monitor
Es uno de los rincones del planeta que aún ocultan muchos secretos. La investigación del continente blanco continúa revelando incógnitas sobre su historia geológica, glacial y climática, pero ¿y la enigmática pirámide que asoma entre el hielo? Conocida como la 'pirámide egipcia', cada cierto tiempo deja parte de su estructura al descubierto y su parecido con las Pirámides de Giza alimenta las teorías más pintorescas, desde las que afirman que fue construida por una antigua civilización hasta las que otorgan el mérito a los extraterrestres. Sin embargo, por ahora, la ciencia apunta a que se trata de una insólita construcción natural.
En la meseta tibetana hay unas imágenes aéreas que despiertan una gran curiosidad: lo que parecen dos inmensos árboles casi gemelos en una zona desértica junto a la carretera. No se trata de una fotografía editada ni doblada frente a un espejo y tampoco tiene nada tiene que ver con un árbol. La verdad tras esta foto es que lo que se ve desde el aire son las marcas que el agua dejó a su paso por la zona, dibujando con todo lujo de detalle lo que parece un fuerte tronco y sus ramas. Una especie de obra de arte que la naturaleza, que nunca deja de sorprender y siempre nos atrae con su belleza.
Un equipo de investigadores ha logrado identificar 303 nuevos geoglifos en las pampas peruanas de Nazca, lo que duplica el número que hasta ahora se conocía de estas misteriosas figuras, descubiertas por la arqueóloga Maria Reiche en la década de 1940.
En este hallazgo ha tenido un papel muy importante la inteligencia artificial, ya que los investigadores del Instituto Nazca de la Universidad de Yamagata de Japón e IBM Research que han llevado a cabo el trabajo la han empleado para mapear la distribución de estos dibujos. Para ello se analizó una gran cantidad de datos de imágenes geoespaciales tomadas desde aviones para identificar las áreas donde podían estar ocultos.
Una de las curiosidades es que en los que han encontrado hay representados humanoides, cabezas decapitadas y animales domésticos, a diferencia de los que ya existían, que solían representar animales salvajes. Se trata de un importante paso más para conseguir descifrar los enigmas de estos dibujos, que según apuntan tienen más de 2.000 años de antigüedad y los arqueólogos llevan décadas estudiando.
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