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Usos y costumbres matlatzincas se niegan a morir en Temascaltepec

Saúl Suárez

  • En la comunidad indígena, cerca del 90% de la población habla y entiende el dialecto que dentro de los hogares se transmite con gran entusiasmo a las nuevas generaciones.

  • Según usos y costumbres, los lugareños deben cumplir con un código de comportamiento; en algunos casos se aplican sanciones e incluso se encierra a infractores.

Temascaltepec, México. Mientras que en las instituciones educativas de la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, los docentes enseñan las materias tradicionales; dentro de los hogares los padres de familia transmiten a las nuevas generaciones la lengua matlatzinca, gracias a ello, actualmente cerca del 90% de la población habla o entiende dicho dialecto, aseguró Aureliano Martínez Hernández, Jefe Supremo Matlatzinca.


Entrevistado, el hombre responsable de mantener vigente los usos y costumbres matlatzincas en esta localidad del municipio de Temascaltepec, se dijo orgulloso del interés mostrado por sus paisanos para lograr que esta comunidad siga siendo orgullosamente originaria, donde se respetan con gran disciplina diversas reglas internas que permiten vivir en armonía.


Además de que la mayoría de la población entiende la lengua matlatzinca, Aureliano Martínez resaltó que hoy por hoy se mantienen vigentes diferentes usos y costumbres, entre las que resaltan fiestas religiosas, Día de Muertos, el repique de campanas así como la presencia de un jefe supremo, quien dentro y fuera de la localidad tiene una gran influencia.


Aun cuando todas las tradiciones de esta comunidad son de gran importancia, Martínez Hernández habló con especial énfasis sobre la renovación del Jefe Supremo, un ejercicio democrático donde los lugareños eligen a su representante para cumplir un periodo de tres años.


“En la comunidad se elige una terna de aspirantes, los requisitos: que no tengan antecedentes y que vivan aquí y conozcan las tradiciones; a partir de ello, durante una asamblea, los casi 1800 habitantes toman una decisión y la expresan a mano alzada”, indicó.


Añadió que también existe un código de comportamiento que los habitantes deben cumplir, en algunos casos cuando se infringen se aplican sanciones, entre ellas sobresale la detención de personas por mal comportamiento, “un robo de un guajolote, -por ejemplo-, según los usos y costumbres, es motivo para encerrar a una persona en las galeras durante media o una hora; por otra parte, cuando se comete un delito mayor, el individuo es entregado a las autoridades correspondientes”, concluyó.

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