El candidato de la derecha, Álvaro Delgado, reconoció su derrota “sin complejo de culpa”
Redacción El Monitor
Un exintendente y profesor de historia derrotó el domingo al candidato de la coalición conservadora que ha gobernado Uruguay durante los últimos cinco años y ganó la presidencia de su país.
Álvaro Delgado, jefe de gabinete del actual presidente, reconoció su derrota ante su contrincante, Yamandú Orsi, cuando aún se estaban contando las boletas de la reñida segunda vuelta.
El Times Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox.
“Sin complejo de culpa, con tristeza, claro que sí, pero sin complejo de culpa, podemos felicitar a quien ganó”, dijo Delgado.
El partido de centroizquierda de Orsi, el Frente Amplio, emitió un comunicado en el que afirmaba que “volverá la alegría” y lo anunciaba como ganador.
Las autoridades electorales dijeron que, con algo más de la mitad de las boletas escrutadas, Orsi había obtenido 784.523 votos y Delgado 771.434.
La concesión de Delgado supuso el fin del breve periodo de un gobierno de derecha en Uruguay que en 2020, cuando el presidente Luis Lacalle Pou asumió el cargo, puso fin a 15 años de gobierno del Frente Amplio. Durante ese tiempo, el Frente Amplio supervisó la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la venta de marihuana.
“Llamé a Yamandú Orsi para felicitarlo como presidente electo de nuestro país”, dijo Lacalle Pou en un comunicado y agregó: “Y para ponerme a las órdenes y empezar la transición apenas lo entienda pertinente”.
La votación del domingo fue la segunda vuelta o balotaje de las elecciones presidenciales, y siguió a campañas discretas que se consideraron emblemáticas de la sólida democracia del país. En Uruguay, el voto es obligatorio y pueden ejercerlo más de 2,7 millones de ciudadanos. Al cierre de las urnas el domingo por la noche, la participación era del 89,4 por ciento, aproximadamente la misma que en la primera vuelta del mes pasado.
Orsi es considerado un moderado. Ha dicho que no planea grandes cambios y que está de acuerdo con su oponente en cuestiones clave como la lucha contra la pobreza infantil y las medidas severas contra el crimen organizado.
A pesar de su promesa de liderar una “nueva izquierda” en Uruguay, la plataforma de Orsi se asemeja a la mezcla de políticas favorables para el mercado y programas de bienestar que caracterizaron la etapa del Frente Amplio en el poder.
Ha propuesto incentivos fiscales para atraer la inversión y reformas de la seguridad social que reducirían la edad de jubilación, pero no llegan al cambio radical que pretendían los sindicatos uruguayos y que no se aprobó en octubre, cuando los uruguayos rechazaron las generosas pensiones en favor de la restricción fiscal.
“Es mi candidato, no solamente para mí sino también para mis hijos”, dijo Yeny Varone, enfermera en un centro de votación. “En un futuro, tendrán mejores condiciones tanto laboral, como en la salud, los salarios”.
Delgado, de 55 años, veterinario rural con una larga carrera en el Partido Nacional, fue recientemente secretario de la presidencia de Lacalle Pou e hizo campaña bajo el lema “Reelegí un buen gobierno”.
Ambos candidatos se comprometieron a cooperar plenamente con el otro bando en caso de ser elegidos.
La idea de Delgado era “hacer un gobierno de unidad nacional”, dijo a los periodistas tras depositar su voto en el lujoso barrio de Pocitos de la capital. Dijo que si ganaba, él y Orsi charlarían el lunes tomando yerba mate, la tradicional bebida herbal que adoran los uruguayos.
Cuando Orsi votó en Canelones, la ciudad de playas y estancias ganaderas en rápido crecimiento al norte de Montevideo donde fue intendente por una década, describió las elecciones como “una experiencia increíble”.
Comentarios